noviembre 21, 2012

Onus probandi

Esta entrada va especialmente dedicada a mi compañero, y sin embargo amigo, P.

El caso reciente y tristemente famoso de cierta presentadora de televisión diciendo estupideces con un aire de gravedad digno de sermón dominical no es sino la punta de lanza de una tendencia cada vez más extendida en nuestra podrida sociedad: la de caer alegremente en la falacia de colocar en el mismo nivel dos argumentos de muy distinta verosimilitud aduciendo que no hay pruebas que lo impidan.

Ya he hablado de esto en otra ocasión, pero como a veces las cosas hay que repetirlas mucho voy a volver sobre ello, esta vez con un ejemplo de mis tiempos mozos.

Allá a principios de los 90 yo no era joven y bello, sino inmaduro y feo. Me había juntado en la Facultad de Físicas de la Complutense con un grupo de encantadores inadaptados cuya principal afición, el frikismo, combinaba perfectamente con nuestros estudios. Por aquellos tiempos otra panda de descerebrados se habían embarcado en la aventura de editar un periódico de coña, Noticias del Mundo, que era como El Mundo Today de ahora pero en cutre y  en papel: las risas que nos echábamos cada semana comentando las noticias inventadas del periódico en los descansos entre clase y clase. Una de las más celebradas fue la siguiente:




La noticia continuaba en la página siguiente, profundizando en el tema y aportando como prueba adicional del origen extraterrestre de Nieves Herrero la siguiente:
"Nieves Herrero es una extraterrestre porque nadie ha probado nunca lo contrario. De hecho, ella misma jamás lo ha desmentido públicamente"
Aquello era muy gracioso y todo el mundo se dio cuenta sin ningún problema de que no era más que una broma de humor absurdo.

Sin embargo, por algún motivo que se me escapa, la gente se toma muy en serio afirmaciones análogas de tipo:
"Nadie ha demostrado que no exista vida después de la muerte, por lo que creo en ella"

"No puedes demostrar que Dios, un señor anciano con barba y un triángulo luminoso sobre la cabeza, que es omnipotente y te lee telepáticamente la mente constantemente, no haya creado el Universo entero en siete días, por lo tanto esto es cierto"

"No existen pruebas científicas de que el alma no exista y no se transplante junto con los órganos"
No solo eso, sino que cada vez son más populares variaciones del mismo tipo de argumento falaz, como:
"Tanto la Creación Bíblica como la Evolución son solamente teorías, ninguna de las dos ha podido ser demostrada como falsa y por lo tanto ambas deben ser enseñadas en pie de igualdad en las escuelas"
Dejando a un lado que la frase anterior es semánticamente falsa (el creacionismo no es una teoría, sino una creencia, y la evolución tampoco es una teoría, sino un hecho observado, al igual que la gravedad o el hecho de que el Sol brilla), esto no es sino un ejemplo más de un tipo de falsedad lógica más vieja que la tos: la de pretender que dos proposiciones son igualmente probables cuando no lo son. Voy a poner otro ejemplo:
"Esta mañana, al hacer limpieza en mi salón, he encontrado una moneda de dos euros en una rendija de mi sofá. Puede que esa moneda llegara allí porque se me deslizara desde uno de mis bolsillos ayer, o puede que un duende volador de color rosa llamado Shakiro Martínez de Irujo lo colocara allí mágicamente, para recompensarme por haber sido bueno. Como no tengo forma de saber al 100% si alguna de estas dos afirmaciones es falsa, ambas son igualmente creíbles".
Pues bien: no lo son. 

Sin que sirva de precedente, voy a poner a los abogados como ejemplo de lucidez y sentido común: ellos conocen un viejo aforismo del Derecho que dice más o menos así: "lo normal se presume, lo anormal se prueba". Es decir, cuando dos personas contraponen argumentos, la carga de la evidencia (el trabajo de tener que demostrar su argumento) ha de recaer sobre aquel que sostenga la postura más inverosímil. De forma práctica:
  • Si yo digo que la Tierra fue creada por una marmota omnipotente de color azul cobalto y tú dices que no fue así, no vale que yo diga "demúestrame que no ocurrió". Soy yo quien tiene que convencer.
  • Si una chalada, que se hace llamar periodista a pesar de no tener ningún título, dice que no está probado que las almas no se transplanten junto con los órganos, es como si no hubiera dicho nada. Es ella quien debería demostrar primero que exista tal cosa llamada alma, y después que se puede transplantar junto con un hígado.
  • Si un candidato a la presidencia afirma seriamente que la creación bíblica o la teoría del diseño inteligente deberían estar al mismo nivel que la evolución en los programas escolares, hay que deducir que la cabeza no le funciona como es debido.
  • Si alguien, a lo largo de una conversación sobre espiritismo -cada uno es libre de perder el tiempo como quiera- dice algo así como "yo no me cierro a nada, creeré que pueden existir los fantasmas hasta que no me demuestren lo contrario", está reconociendo eufemísticamente que no tiene muy claro en qué planeta vive. Desconfíen de esa persona. La actitud racional es exactamente la contraria: "no creeré en los fantasmas hasta que no me demuestren su existencia".
Y este es el viejo timo del onus probandi.

10 comentarios:

starfighter dijo...

Amen!!!

hm dijo...

No sé si fiarme de los que escribe un Dios-perro XDXD.

MM de planetamurciano dijo...

Ya le digo que yo que es una batalla perdida; winter is coming no sólo es una frase novelera-publicitaria, también es el slogan de lo que no viene encima; una nueva edad media pero con el delito de que ahora tenemos la ciencia y la tecnología que antes no tenían.

rickisimus2 dijo...

La semana pasada asistí a un curso donde nos hablaban de ciertas "engaños" mentales. Si hubieras escrito esto la semana pasada, lo hubiera imprimido y se lo hubiera dado al profesor. Mucho mejor y más completo que lo que explicó.

Deric dijo...

La Mariló esa ha visto muchas pelis de terror!
Buena reflexión, sí señor.

Eleuterio dijo...

Muy bueno.

Anónimo dijo...

Pues... aunque parezca suicida, hoy a romper una lanza en favor de la pobre Mariló Montero. No estoy de acuerdo con sus afirmaciones, más bien todo lo contrario, pero ella se limitó a expresar una opinión PERSONAL. Dijo lo que pensaba, y lo dijo de una manera respetuosa. En ningún momento se proclamó como portadora de la verdad universal, y se limitó a dar su opinión sobre un tema concreto. Que yo sepa, la libertad consiste en eso, en que todos podamos decir lo que pensamos, pensar lo que queramos y vivir como nos de la gana sin que nos quemen en la hoguera por ello. Es triste ver como están siendo los que más alto claman por la libertad, los que más están linchando a esta mujer por decir lo que piensa, esté equivocada o no. Libertad si; tienes toda la libertad del mundo para pensar como yo. ¿de que vamos?

Ah! y no soy anónima, soy Sara, pero es que no tengo ni cuenta en google, ni Open ID ni nada, así que no tengo otra forma de identificarme.

Sufur dijo...

Hola Sara,

Precisamente de esto se trata. Estoy de acuerdo contigo hasta la libertad de expresar la propia opinión. ¡Naturalmente que todo el mundo debe tener ese derecho! Sin embargo, que yo pueda libremente decir lo que pienso no es lo mismo que afirmar que todas las opiniones, dado que pueden ser emitidas sin coacción, sean igualmente válidas.

Tu argumento, si te he entendido bien, es la misma falacia lógica bajo una forma ligeramente diferente. La libertad de expresión no coloca per se y de forma automática dos opiniones en pie de igualdad.

Te lo voy a plantear con un caso concreto. En muchos países existe un delito llamado apología del terrorismo que va directamente en contra de la libertad de expresión. Una persona en Alemania que diga públicamente que Hitler era un santo, que hizo muy bien en mandar gasear a miles de judíos y que ojalá surgiera otro líder que hicera lo mismo se enfrenta a pena de cárcel, en mi opinión muy justificadamente. El caso de la apología del terrorismo es un poco extremo pero sirve muy bien para ejemplificar lo que quiero decir: no todas las opiniones son iguales que otras, no todas se ajustan a la verdad, y algunas son peligrosas.

Ocurre algo parecido, por supuesto a otro nivel, con la cháchara de líderes religiosos, astrólogos, magufos, charlatanes y Mariló Montero: todos ellos están en su derecho de decir todas las estupideces que quieran (aunque en el caso de varios de los que he mencionado esas estupideces sean directamente dañinas), pero el que puedan decirlas no las convierte en sensateces.

La estupidez es en el mejor de los casos errónea y en el peor, dañina. Ampararse en el derecho a la libertad de expresión para condonarla es un error táctico de consecuencias potencialmente dolorosas para la sociedad entera, máxime cuando el estúpido o estúpida de turno ocupa una posicion privilegiada desde la cual difundir su idiotez.

No seré yo quien niegue el derecho de Mariló a decir memeces. Pero haré todo lo que esté en mi mano para rebatirlas. Todo en absoluta libertad, flataría más.

Anónimo dijo...

Soy Sara y... no, creo que no me has entendido... o yo no me explicado bien, que es más probable; es la primera vez que hago estas cosas y no estoy acostumbrada.

Más de acuerdo con tu argumentación no puedo estar, de verdad que si; como explicarme...

Lo que me preocupa es que poca gente hace lo que tu has hecho, que es argumentar el porqué te parece una absurdez lo que esa buena señora dijo; eres una de las pocas personas que he escuchado o leído que ha hecho eso; simplemente veo a gente que se lanza a la yugular, sin argumentos, solo con insultos y con deseos de que le pasen cosas malas a esta pobre mujer. Ultimamente tengo la sensación de que vivo en la dictadura de lo políticamente correcto, y que si alguien se sale de ciertos parámetros, no va a venir una persona sensata a intentar debatir desde la razón y la serenidad, sino que directamente se lanza a los lobos al que ose sacar los pies ligeramente del tiesto; eso es lo que me preocupa.

No se si esta vez me explicado algo mejor, pero espero que si.

Sufur dijo...

Hola, Sara

¡Perfectamente explicado! Ahora creo que te he entendido bien y no podría estar más de acuerdo :-)

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