febrero 03, 2015

Ohmmmmmmmm

Es el turno de probar la meditación intrascendente.

Hace ya unos años que mi psicóloga me recomendó practicar técnicas de relajación. Normal, porque soy un puro nervio. Aprendí respiración básica y durante un tiempo dediqué todas las noches veinte minutos a practicar relajación muscular progresiva; estuvo bien, y de hecho ambas técnicas me ayudan bastante, sobre todo la primera. 

Pero mi psicóloga me recomendó ir un poco más allá. El yoga me funcionaba en el momento de practicarlo en la clase, pero el sitio pillaba tan lejos de mi casa que en cuanto salía de noche del local y me ponía a esperar al bus en invierno se me iba toda la paz y ésta era sustituida por furias asesinas. En casa, sin ayuda de un monitor, no me concentraba bien para el yoga, y además tengo la misma flexibilidad que un palo de escoba. No, el yoga no es lo mío.

Queda por probar la meditación. Una amiga mía, también psicóloga, organiza desde hoy un grupo de meditación en su gabinete y he decidido apuntarme.

A favor de esta decisión están el hecho de que la meditación parece ser algo que uno es capaz de hacer en casa sin problemas, una vez que aprende, y que es algo muy en plan señor Spock, lo cual agrada a mi lado friki. Además hay indicios de que la meditación es buena para personas con trastornos de ansiedad y con problemas cardiovasculares, como un servidor. Y digo "indicios" y no "evidencia", porque contrariamente a lo que van diciendo por ahí los gurús de la meditación, los estudios hasta la fecha no son concluyentes. El metaestudio Cochrane sobre la terapia de meditación para los trastornos por ansiedad concluye:
"El escaso número de estudios incluidos en esta revisión no permite establecer conclusiones sobre la efectividad de la terapia de meditación en los trastornos de ansiedad. La meditación trascendental es comparable con otras clases de terapias de relajación en cuanto a la reducción de la ansiedad, y el yoga Kundalini no mostró una efectividad significativa en el tratamiento de los trastornos obsesivo-compulsivos comparado con la Relajación/Meditación. Las tasas de abandono parecen ser altas y no se han informado los efectos adversos de la meditación. Se necesitan más ensayos"
Algo similar concluye el metaestudio sobre los efectos cardiovasculares de la meditación. Por lo que voy al grupo con escepticismo, pero sabiendo que no se ha informado de efectos negativos de este tipo de cosas.  No parece que vaya a perder mucho, salvo los 50 euros al mes que cuesta el asunto.




En contra de toda esta idea está el posible tono religioso o pseudofilosófico que le pueda dar a las clases el profesor. No le conozco todavía, pero me temo que pueda ser uno de esos chalados orientalistas que últimamente proliferan como hongos (carroñeros) de aquí a Cincinnati. 

No me he pasado media vida abjurando de una religión para que me metan ahora en catequesis de otra.

Si veo cualquier intento de adoctrinamiento, pasarán dos cosas: una, que tendré que contenerme duramente, por respeto a mi amiga, para no reírme. Y dos, que cuando salga del local no volveré nunca.

Con todo esto de las filosofías y religiones orientales hay una moda y un negocio montados que no es ni medio normal. La gente suelta con alegría las frases "tradición milenaria" y "sabiduría ancestral" como si a) las tradiciones y sabidurías occidentales no fueran igual de milenarias y ancestrales que las orientales y b) milenario y ancestral equivaliera a bueno. El analfabetismo, las caries y la tiranía son también cosas ancestrales que han acompañado a la humanidad desde hace milenios, y no me impresionan demasiado como elementos que quiera conservar en mi vida, gracias. Sustituir una idiotez como la Santísima Trinidad por una majadería como la rueda kármica es de bobos; sustituir una cosa que funciona como la quimioterapia por una pamema como la acupuntura es directamente de locos. Y diría que allá cada uno con su propia estupidez si no me cabreara tanto este tema.

Pero me estoy alejando del tema. De aquí a una hora estaré sentado en una silla (espero) con los ojos entrecerrados y diciendo "ohmmmm". De aquí a dos horas, para compensar, pienso irme con un amigo a tomar un gintonic y a hablar de pollas y culos a algún bar muy occidental. ¡Eso sí que es equilibrio, y no lo del yin y el yang!




4 comentarios:

PasaElMocho dijo...

Yo es que soy TAN anti-yoga y tan anti-tontería orientalista que... Pero no me hagas mucho caso, porque odio la salsa y mírmae dos veces a la semana en mis zumbaclases.

Si te va bien, estupendo y bienvenidas las tonterías exoticorientales.

¿Qué tal fue, por cierto?

Unknown dijo...

Mientras el líder no sea un místico de esos que sólo intenta meterte mano "para corregirte la postura", todo va bien.

Sufur dijo...

Beh, por el momento no ha estado mal. El profe no metió demasiadas chorradas místicas. Eso sí, cuando nos dijo que había que sentarse en la postura correcta porque si no se interrumpía el "flujo energético" del cuerpo, casi le escupo a la cara.

Blackmount dijo...

el yoga es una tradición milenaria, si. del remoto año de 1960. http://www.huffingtonpost.com/nicholas-rosen/going-to-the-mat-confessi_b_186332.html

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