noviembre 03, 2009

Vergüenza literaria

Qué degeneración tan espantosa.

No me duelen prendas en reconocer que con la literatura tengo tan poco criterio como con los hombres: me vale casi todo. Mi santa Madre suele bromear diciendo que a mí, para tenerme entretenido, basta con darme a leer un prospecto de aspirinas. A lo largo de mi vida he leído con enorme placer las mayores bazofias: desde infumables folletines costumbristas hasta vergonzantes precuelas de secuelas de segundas trilogías firmadas por hijos de autores felizmente fallecidos. Incluso durante una época estuve enganchado a ese engendro vulgarmente conocido como "narrativa gay". En la librería siempre me he dejado llevar por el impulso, sin criterio ni medida (vamos, exactamente igual que en la sauna). Pero nunca, nunca había caído tan bajo como ahora.

Porque hasta este momento me había ido moviendo por apetencias al menos vagamente literarias: o bien porque me gustara un tipo concreto de género, o bien por fidelidad a un autor (o un personaje), o por alguna buena crítica, o porque el resumen de la solapa interior me entrara por los ojos. Pero hoy no. Hoy me he ido a la Feltrinelli con la idea fija de comprarme un libro muy concreto:



Motivos por los que me quería comprar ese libro:
  1. Me apetecía (y me viene bien) volver a leer algo en italiano.
  2. El autor, Paolo Giordano, es físico teórico.
  3. Y además es megafollable.
  4. Recuerdo haber leído una reseña favorable en un blog amigo, no sabría decir cuál (muy probablemente el de Nyc o el del señor Hm).
Es decir: de los cuatro motivos, sólo el último -y menos importante- tenía algo que ver con el libro en sí. Para cumplir el primero de los objetivos me valía igual cualquiera de los otros tres mil títulos que había en la librería, el segundo es puro y despreciable corporativismo y el tercero... bueno, el tercero júzguenlo ustedes mismos:




Ay, pobre de mí: con un libro más en la maleta, dieciocho euros menos en el bolsillo y la inquietante sospecha de que si bien es cierto que las hormonas tienen un montón de funciones en la vida, la de vender libros no debería ser una de ellas...


11 comentarios:

rickisimus2 dijo...

Atractivísimo el autor del libro.

A mi me gusta el título y casi cae el otro día el libro en mi bolsa, pero resistí la tentación.

Nils dijo...

Igual lo leíste en el de Analfabeta que también es científico como tú, no sé. De todos modos, te diré que me presenté voluntario para entrevistarlo y resulta que sólo hizo promoción en Barcelona, así que fue nuestra corresponsal allí y me quedé con las ganas... y sí, dice que megafollable es poco.

Allau dijo...

A mí me atrae por lo de los números primos y de momento sólo he oído opiniones favorables de él. Ya contarás si todo es fachada.

Nyc dijo...

Fue en el de hm, que yo aún no lo he leído, lo tengo en lista de espera (y gracias por el enlace, por cierto).
Lo de las hormonas deben ser reminiscencias adolescentes que se resisten a abandonarnos, y una razón tan buena como otra cualquiera para follarse un libro, perdón, leérselo ;)

starfighter dijo...

Pues un motivo tan válido como cualquier otro para leer un libro. Y El autor está buenisisisimo. No, si al final me apuntaré también a él XD

Bruto dijo...

Yo también leo a veces pseudo-literatura de la llamada gay, y lo peor de todo, también compro algunos libros si el autor o el de la portada están buenorros, así me va...
El de Giordano se lo regalé, también en italiano, a mi hermana hace un mes, y cuando saque tiempo de algún sitio (no sé cuándo)lo leeré yo (en español), por lo que oído la novela es sensacional.

Thiago dijo...

ay, me encanta.. como sois los intelectuales.. Despreciais "la pseudo literatura gay" pero luego comprais un libro por una foto de un autor que está mas photoshopretocado que otra cosa... Si ese tio escribe libros es que la tiene pequeña, jajaja.

"Pseudo literatura gay"? Yo es que me mondo, con vosotros, jajaja. Asi nos va a los gays. Si el gay es un lobo pa otros gays, jajajaa


Bezos, anda.

Sufur dijo...

Eh, que conste que yo no he usado en ningún momento la expresión "pseudo-literatura gay", sino "engendro llamado narrativa gay" :-P

hm dijo...

Fui yo el que lo recomendó... espero que le guste (a mi me encantó, y no suele ser habitual que me guste tanto un libro...)... ya contará.

Lo cierto es que el primer capítulo no me gustó y me dio miedo como pudiese ser el libro, pero después me enganché de mala manera.

Y lo de que el autor es megafollable lo descubrí buscando fotos para la entrada (nunca confío de las fotos de las solapas)... vamos, que si necesita muso para su próximo libro lo que tiene que hacer es llamarme que me voy a Turín (¿era turín?)... volando.

Deric dijo...

jajajaja
cierto que el Giordano està un rato bueno però el libro lo dejé a los 2 capítulos y olvidado está.

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

Bueno, ya nos contarás que tal el libro. Yo ví una foto del autor en "El País", creo, y parece un modelo de Benetton, vamos que está, pá atarlo a la cama y que no escriba más. Mira en la solapa a ver si está casao, que nos volvemos a Italia... ¿Es Umbro o por qué zona vive? Entérate de la Urbanización de Milán, porfa:-) Entraremos por la ventana, en un descuido:-), cuando el ama de llaves se haya ido a la compra.
Besotes

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